Ayer salió publicado en
El Mundo que la multinacional
Wilmar (que se dedica a la distribución de
aceite de palma) está talando y quemando las selvas de Indonesia. La denuncia la ha puesto la ONG
Amigos de La Tierra Lo cierto es que la Unión Europea ha fijado para el 2020 que los combustibles deben contener un 10% de biocarburantes (objetivo para el cual da grandes subvenciones con dinero público)
y ésto preocupa a muchas ONG que han alertado sobre el perjuicio ambiental y social que sufren las comunidades campesinas e indígenas en países subdesarrollados, por no hablar de las emisiones generadas a través de los incendios y lo que la tala indiscriminada de árboles supone en cuanto a la reducción de sumideros de contaminación atmosférica.
En la Unión Europea
están preocupados, y con razón. Por ello están realizando una consulta para concer la opinión de las autoridades públicas, empresas y organizaciones no gubernamentales sobre cómo potenciar los biocarburantes de forma sostenible.
Y así está el asunto, lo que parecia ser una buena iniciativa para el medio ambiente sobre la que no debiera existir discusión alguna produciendose de forma racional, se está convirtiendo en motivo de debate.
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