El proyecto ganador se llama DESI (Dipshikha Electrical Skill Improvement), una escuela para la enseñanza del oficio de electricista. Son tres conjuntos contiguos que rememoran la tipología vernácula de Bangladesh. Dos aulas, dos despachos y dos residencias para los instructores forman el sencillo programa del edificio.
Pero lo mejor de este proyecto no es el programa, ni su disposición. Ni si quiera su atractiva fachada de huecos irregulares y profundos que desvelan la materialidad de los muros. Lo mejor de este proyecto es su construcción. Materiales del lugar, mano de obra local, técnicas vernáculas... Difícil saber que esta obra es fruto de la arquitectura contemporánea.
El edificio está construido con muros de adobe reforzados con paja. Una estructura de bambú resuelve la cubierta. Los acabados interiores mezclan el adobe visto, entretejidos de bambú y telas. Arcilla y bambú, dos materiales básicos, existentes en el mismo lugar de construcción, con el mejor de los comportamientos en ese clima subtropical. Todo un ejemplo de adaptación. Tan sólo unos paneles solares dan pistas de la actualidad de la obra, puesto que no hay ni red de saneamiento: los inodoros tienen su propia fosa séptica.
Y no sólo son los materiales, también es la manera de construir el edificio. Nada de grúas, nada de camiones, nada de "project management". Sólo mano de obra local y sencillas herramientas. Y el resultado, un verdadero ejemplo de construcción ecológica.
No dejéis de visitar las webs de estos dos estudios de arquitectura, pues no es la única obra que merece la pena conocer.
Anna Heringer
BASEhabitat
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